¿En qué momento hablar de sexualidad con tus hijos o sobrinos?

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¿En qué momento hablar de sexualidad con tus hijos o sobrinos?

Cuando La Fuerza Mengua | 25/08/2023 | Gelmin González

Hablar sobre educación sexual con menores de edad, ya sean hijos o sobrinos, es una responsabilidad crucial para brindarles las herramientas necesarias en su camino hacia la comprensión saludable de su cuerpo, relaciones y sexualidad. La información adecuada y oportuna puede ayudar a prevenir malentendidos, promover el respeto propio y hacia los demás, y fomentar decisiones informadas y seguras.

El momento adecuado para abordar este tema varía según la madurez emocional y el nivel de comprensión de cada niño. Sin embargo, algunos indicadores generales pueden ayudar a identificar cuándo es propicio comenzar estas conversaciones. A menudo, los niños comienzan a mostrar curiosidad sobre sus cuerpos y las diferencias entre géneros en una etapa temprana, alrededor de los 4 o 5 años. Es importante aprovechar estos momentos para proporcionar respuestas simples y honestas, utilizando un lenguaje apropiado para su edad.

A medida que los niños crecen, generalmente entre los 9 y 12 años, pueden estar listos para discutir conceptos más complejos, como la pubertad, la menstruación y los cambios en el cuerpo. Es crucial abordar estos temas antes de que reciban información distorsionada o inexacta de fuentes externas, como compañeros de clase o internet.

En la adolescencia, alrededor de los 13 años en adelante, los jóvenes suelen estar listos para comprender aspectos más profundos de la educación sexual, como la reproducción, la contracepción y las relaciones emocionales. Proporcionar información precisa y fomentar la comunicación abierta puede ayudar a prevenir embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual y problemas emocionales.

Recuerda que hablar sobre educación sexual con menores de edad en el momento adecuado les brinda una base sólida para tomar decisiones informadas, fomentar relaciones saludables y desarrollar una comprensión positiva de su propia identidad y sexualidad. La clave radica en mantener una comunicación abierta y sensible a lo largo de su crecimiento, creando un ambiente donde sientan confianza para hacer preguntas y buscar orientación.

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