La línea entre las fantasías sexuales y la perversión

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La línea entre las fantasías sexuales y la perversión

Cuando La Fuerza Mengua | 13/06/2024 | Gelmin González

Las fantasías sexuales y la perversión son conceptos a menudo mal entendidos y erróneamente utilizados de manera intercambiable. Sin embargo, es esencial distinguir entre ambos para fomentar una comprensión saludable de la sexualidad.

Fantasías sexuales

Las fantasías sexuales son pensamientos o imágenes mentales que excitan a una persona. Estas pueden ser tan variadas como las personas mismas y abarcan una amplia gama de escenarios y situaciones. Lo crucial es que son una parte natural y saludable de la vida humana. Permiten explorar deseos y curiosidades sin necesidad de actuar sobre ellos en la realidad, proporcionando una vía segura para la autoexploración y el autoconocimiento.

Las fantasías sexuales, además, no necesariamente reflejan los deseos o comportamientos reales de una persona. Pueden incluir situaciones que nunca se buscarían en la vida real y no deben ser juzgadas como inmorales o incorrectas. La clave es que estas fantasías se mantengan dentro del ámbito del consentimiento y la imaginación personal.

Perversión

La perversión, en cambio, se refiere a comportamientos sexuales que se desvían significativamente de las normas sociales aceptadas y, a menudo, involucran actos que pueden ser dañinos o no consensuados. Aquí, la distinción crucial es el componente de daño o la falta de consentimiento. Mientras que una fantasía sexual puede ser inofensiva cuando permanece en la mente, una perversión puede implicar la realización de actos que infringen los derechos y la seguridad de otros.

El término “perversión” ha sido utilizado históricamente de manera peyorativa para describir cualquier comportamiento sexual no normativo. Sin embargo, en la actualidad, se reserva específicamente para aquellos actos que realmente representan un problema ético o legal, como la coacción, la violencia sexual, o la explotación.

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